Antes de empezar a hacer orientación vocacional no tenía ni idea de qué era lo que quería hacer de mi vida, ni cerca. No sabía muy bien lo que me gustaba, lo que me divertía, me gustaban muchas cosas desconectadas entre sí y sentía que eso lo hacía aún más difícil.
A través de las entrevistas de orientación me dui dando cuenta que eso no era un problema ni un impedimento. Si no que entendí que me daba posibilidades para explorar aún más.
Trabajar con Elegir para mí fue un lujo. Todo lo que necesitaba en una orientadora vocacional se volcó por completo: eficaz, concreta y dulce a la vez. Les doy mis gracias absolutas por ayudarme a hacer este proceso llevadero y simpático.