En lo personal me animo a decir que mi caso fue, en cierto modo, particular. Pues con una idea en mente como punto de partida decidí realizar la orientación vocacional y así tener las herramientas necesarias para llevar adelante una buena elección. Lo paradójico de esto es que, luego de 15 profundas sesiones, regresé al mismo punto de partida; tanto la carrera de grado como la universidad por la que me había inclinado desde un principio, protagonizaron el resultado de mi orientación. Lo primero que uno tiende a pensar es que el complejo proceso por el que se ha atravesado, no significó resultados productivos.
Sin embargo, al reflexionar, llegué a una conclusión completamente distinta: el hecho de “desembocar” en alguna de las carreras que formaban parte de la idea original, es simplemente irrelevante a lo valioso de este proceso de elección. ¿Cuál es la diferencia entre volver a optar por Economía y entender que Medicina era finalmente la carrera más apropiada para uno? Ninguna. En ambos casos, lo que sí hace la diferencia es cómo uno llega a esa decisión final. Es decir que cualquiera sea el punto de llegada, lo que realmente vale son las condiciones en las que uno llega al mismo; y es esto en lo que Elegir trabaja arduamente.
Ahora sé que mi elección tiene un por qué. Y como contracara de esto, también puedo explicar –no necesariamente a otros, sino a mí mismo- el “por qué no” de otras alternativas. Sí, es cierto que llegué a Elegir con la vaga idea de estudiar Economía; y también es cierto que terminé por decidir que esa es la carrera para mí. Aún así, no me arrepiento, sino todo lo contrario.
Gracias a una excelente combinación de herramientas que esta orientación te provee, junto con otras que te ayuda a desarrollar por tu cuenta, puedo decir que tomé una decisión lógica. Esto no significa que sea una verdad absoluta ni mucho menos, ya que esto lamentablemente es utópico. Sin embargo, no podría haber tomado una decisión más fundamentada. Por lo tanto, no dejo de recomendar estas sesiones que, en comparación con lo sustancial de nuestro devenir, son algo simple y que sin dudas vale la pena experimentar.