El proceso que hicimos con Graciela en el año 2001 fue, primero que nada, justamente eso: un proceso (algo que se elabora desde adentro y se termina expresando en lo material: una elección de vida). Esto es lo opuesto al resultado de un test: algo que viene desde afuera de uno para implantarse violentamente en el interior como un mandato que no se elaboró nunca internamente, pero pretende determinar nuestros destinos.
Hoy, a mis 41 años encuentro en mi práctica profesional una satisfacción enorme por vivirlo como un espacio creativo que siento totalmente integrado a los demás aspectos de mi vida. Fui docente de diseño arquitectónico en la FADU, UBA. Trabajé tanto en pequeños como en grandes estudios de arquitectura, en desarrolladoras, en cooperativas de vivienda. Hace más de 10 años que trabajo de manera independiente interesándome especialmente en sustentabilidad y mejora de la calidad ambiental.