Al empezar el proceso de re-orientación vocacional en Elegir, al principio mi cabeza era un gran manojo de inseguridades, dudas, miedos, sobre todo de lo que quería y de mis capacidades. A lo largo del proceso fui sacándomelos de encima y empecé a decidir por y para mí… eso lo considero esencial para este momento de la vida. Logré conocerme, conocer mis habilidades, entender cómo las puedo y quiero explotarlas. Este camino lo pude hacer de una manera tranquila, a pasos seguros gracias a la confianza que fui ganando. La posibilidad de ver los distintos panoramas. Las distintas carreras y oportunidades me ayudaron a que mi elección sea mucho más puntillosa de lo que yo hubiese creído.
Recomendaría este proceso a cualquier persona en el mundo que necesite una mano para saber qué camino seguir. Sobre todo para aquellos que después de haber realizado alguna carrera, se dieron cuenta de que sus deseos eran otros.